Todo en esta vida tiene su forma buena de hacer las cosas y la mala. Bueno, pero porque todo tiene dos extremos. Quien no lo crea, está dando un diagnóstico equivocado sobre algo. El no haber extremos elimina la comparación. ¿Y qué haríamos sin comparar cosas? En la barra de un bar, el camarero, el periódico, el tiempo, el cuñao en las cenas de Navidad, ...
Hay mucha gente que tiene un diagnóstico equivocado sobre. Lo malo de todo ésto es que uno se puede dar cuenta demasiado tarde a menos que alguien se lo explique antes de empezar.
Creo que en los pocos artículos que hay en este blog no he mencionado "diagnóstico equivocado", no sólo una, ni dos, sino tres veces. Creo que en la primera entrada. Pero bueno, no tiene nada que ver con el sentido de este artículo.
Gracias a Dios tengo muy buenas amistades que han llegado a ese status después de un encuentro en el que, por alguna razón, me contaban sus problemas. Siempre he dicho que tengo dos hombres y dos oídos para que los use quien lo necesite. Hay veces que vale hacerlo y otras, no tanto. Me hace gracia el hacerlo cuando no lo hice, al menos es algo de lo que me he dado cuenta demasiado tarde, en su momento. Ni cuando me toca a mí.
En cierto modo tiene la gracia de tratar de mí, algo que nunca he hecho a través de la persona de la que iba a escribir. Claro que he hablado (escrito es más exacto) de mí en algún artículo. Pero era de mí. Sin más. Pero aquí es de rebote. Este típico dicho "... anda, igual que ...". "... Anda, como yo." El pensar más en los demás que en uno mismo. ¿Cómo voy a ayudar a alguien si no existo?
Pues tengo a una amiga a la que le pasa éso. La conocí en Facebook y lo primero que me llamó la atención es que tenía dos perfiles donde la única diferencia era el nombre. En ambos tenía sus apellidos. Si alguien me pregunta cómo la conocí, diré que no me acuerdo. Incluso si lo hace ella misma. Pero lo importante es que sale una amistad que dura tiempo y si Dios quiere, durará. Es la mejor persona que he conocido.
Alguien puede pensar que no vale para nada y por eso se va. ¿Y eso como se sabe? La gente tiene que luchar para que se vea que por lo que se lucha, es importante. Se puede perder y verse obligado uno a irse a otra parte pero se ve que ha hecho frente a la situación. Y se puede volver. Hay que pensar si se puede volver y, lo más importante, si se quiere.
Siempre he dicho que el primer paso lo debe dar uno. Puede ser malo pero es el primero. Se ha empezado lo que sea que se tenía que empezar. Y luego vendrá un segundo que puede corregir lo que ha hecho el primero si éste ha sido malo o ... No se puede estar esperando sin haber hecho nada más que esperar.
Pero es la mejor.
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