sábado, 2 de julio de 2016

Números y porcentajes.

Como todo el mundo se imagina, aparte de que los medios se encargan de recordarlo, desde vetetuasabercuando hasta unos días antes del final de la campaña electoral, nos brean a encuestas. Unas son de medios independientes (si es que los hay), otras son de las empresas que contratan los partidos y otras las de los medios de comunicación. Por supuesto, son de todo menos fiables. Pero todo el mundo hace lectura interesada de ellas. Las hay que merecen la pena y están las que no tienen criterio ni valor alguno. Claro que también está la opinión de que las encuestas, encuestas son y a ti te encontré en la calle. Pero eso sólo pasa cuando no salen con resultados positivos para la gente que lo dice.
Lo malo (o lo gracioso) del tema es ls gente que vive de lo que dicen las encuestas. Pero, al igual que hay unos que no saben qué hacer con ellas, están los que buscan hacer negocio con lo que sale.
Esa gente, ésta última, son los que están versados en marketing por lo que intentan manejar esos datos para, no ya pensando en ellos sino en presionar y apretar a otros. Esa gente, en estas elecciones, han sido Podemos. O Unidos Podemos como han querido llamarse. Se han basado en la unión de votos entre IU y Podemos. Se que sabían que no iban a sumar todos los escaños que darían esa cantidad de votos en función de la penosa ley electoral que tenemos. Pero las han usado para meter miedo a los demás pensando en el famoso "sorpasso", palabra que, hasta hace tres meses, nadie había oído. Sabiendo manejar esas encuestas, o los comentarios que generan, se puede sacar provecho. Y mucho. Pero, como les ha pasado a ellos, esa estrategia les ha salido mal. Eso o que ha habido gente que si ha sabido sacar partido de ello. Uno se equivoca cuando quiere que sean los demás los que te hagan el trabajo.