miércoles, 24 de mayo de 2017

Respecto al respeto.

Pues que queréis que os diga. Lo bueno de un país libre es que uno tiene derecho a escribir, leer, decir o pensar lo que quiera. Incluso actuar. Aunque hay algo que comparten los países libres y los que no. Las leyes que limitan lo que se puede escribir, leer, decir o actuar. Lo de pensar no porque lo que uno piensa está en la mente. Si lo saca, lo escribe, lo dice o lo hace. En una democracia se tiene esa libertad para pensar diferente. En una dictadura hay una firma oficial de pensar y punto.
Pero a lo que voy. Últimamente, y no tan últimamente, me he dado cuenta que hay gente que escribe y dice lo que piensa (lo normal) pero, lo que escribe y dice es que lo de los demás no es. ¿No es? Sí, no es. ¿Y qué es eso de que no es? Muy sencillo. Tengo la costumbre de leer y oir lo que escriben y dicen los demás. Lo hago porque quiero. Lo hago porque algunas de esas cosas que leo me dan ideas para artículos en mis cuatro blogs. Lo hago porque me gusta leer lo que escriben y comparten la gente que tengo en mis contactos de Facebook. Eso sí, una cosa es la idea y otra, muy diferente lo que escriba. Eso es mi opinión. Y mis opiniones no son verdades absolutas. Pero hay gente que cree que las suyas si por lo que no entiende que haya personas que no las corroboren. Ejemplos varios. Religión. Soy ateo desde los 13 años pero eso no quita que pueda defender alguna postura del clero o, simplemente, sin defender nada, criticar la forma en la que de abalanzan sobre ellos. Para ellos todos son iguales, están anticuados y son homófobos, machistas y xenófobos. Y yo también porque rebato esas ideas. No hablan de la gente a la que ayudan, cuidan y favorecen. Parece ser que no puedo pensar que se pasan o que están equivocados.
Corrupción. Dado que suelen ser de izquierdas, para ellos la corrupción significa PP. El PSOE, IU, CDC, .... Incluso los suyos morados tienes juicios por ahí. Es más, se dice que el PP tiene más imputados (lo de investigado, para mí es alguien que aún no está acusado) pero el PSOE, más defraudado. Pues comenta ese hecho. Que falta gente. O igual se ha metido que, aunque sea de momento, no debería estar. Ahí, por lo menos, hay veces que cambian el saltar acusando de defender a los ladrones (eso quiere decir que no leen) por el decir que es cierto que hay más gente. Eso sí, nunca de primeras.
Política. Críticas a lo que hace el PP. Hay cosas en las que tienen razón, cosas en las que falta información y cosas en las que mienten. Comentar eso en vez de aplaudir me convierte en facha. No entienden la postura centrista.
Fútbol. Hablar del Real Madrid sin hablar de su grandeza significa que lo hago por ser antimadridista. Ni aficionado al fútbol ni nada. Es más, aquí tienen como máxima que el que calla otorga y, si no, se pica.
Y así alguna cosa más. Yo expreso mi opinión. Como mucho puedo decir cosas como "... los vuestros hacen ésto ..." o " ... vosotros queréis lo otro ... " pero no voy de radical. ¿Y por qué? Por que respeto las ideas de los demás. Aunque no las comparta. Pero las respeto. Incluso hay veces que me permiten saber cosas que desconocía o que sabía a medias. Pero respeto. Hay gente que ataca, insulta y minusvalora a cualquiera que no le ría las gracias o no escriba o diga lo mismo que dicen ellos. Aunque sea lo mismo pero dicho de otra manera.
Así que, respecto al respeto, todo es respetable. Aunque no te guste. Nadie puede obligarte a cambiar lo que pienses, creas, digas y/o escribas. Nadie salvo tú mismo. Como dije arriba, si alguien lo hace, es un dictador.

lunes, 8 de mayo de 2017

Libertad democrática. ¿Democracia?¿Libre?

Cada uno tiene su idea de la realidad. De lo que pasa o debería pasar, de lo que se hace o se debería hacer, de lo que se dice o se debería decir. O de lo que no. Pero siempre, dado que así se debería haber enseñado a y aprendido de, respetando a que piense que pasa o debería pasar otra cosa, que se hace o debería hacerse otra cosa, que se dice o se debería decir otra cosa. O no.
También diré que, desde que supe que era la libertad y la democracia, siempre creí en ellas. Respetando a los demás, claro. Sobre todo con la libertad. Se decía que la libertad de uno termina cuando se coarta la de otro. Una forma muy fina de definir una dictadura. Desde hace un tiempo me he dado cuenta de una cosa. La gente de izquierda presume de defender y proclamar el apoyo a la libertad de expresión y a la democracia y piensa que piensa que todos los que son son de izquierda son de extrema derecha, fascistas, monárquicos, ultra religiosos y amantes del autoritarismo. Meten en el mismo saco a todo el mundo. Pero también me he dado cuenta de otra cosa y es que no soportan que alguien les lleve la contraria. Como se apoye esa contraria con argumentos, se van por los cerros de Úbeda. Se ve que no están acostumbrados a otra libertad de expresión que la suya. Por eso no les gusta que la gente les conteste porque sólo pueden contestarse entre ellos. En mi pueblo eso es ir contra de la libertad de expresión lo que lleva a una dictadura. Claro que, para ellos, una dictadura de izquierda no es tal. Sacando un poco de historia de la que recuerdo de mis tiempos de estudiante, les recuerdo (o les he recordado o les recordaré) que Adolf Hitler llegó al poder ganando unas elecciones y era de izquierdas. También que, no sé si el más largo o más estable, el segundo Gobierno de la II República lo llevó la CEDA que eran las iniciales de Confederación Española de Derechas Autónomas. Y que, según tengo entendido, el término facha o fascista que suelen usar al referirse a mí, tiene origen italiano del siglo pasado. Pero vamos, tras ello y que Paco Vázquez (creo que se llama así), el socialista que ganaba el Ayuntamiento de La Coruña a Lendoiro, era tan católico que cuando tuvo un problema con Zapatero, le mandaron de embajador al Vaticano. Que algún que otro dirigente importante del PP es gay (parte de la cúpula fue a su boda) y que, aunque eso no lo sé seguro, miembros de la derecha, ya sea del partido, de antes o de más allá, pueden tener respeto al Rey como jefe del estado pero preferían un Presidente.
En un principio no iba a escribir mucho más pero ayer tuve una conversación (a veces irrisoria, a veces estrambótica) con alguien cuyo único argumento era "viva Carmena". Y todo surgió porque puse una foto de una paloma muerta que llevaba tres semanas tirada en el suelo. Iba dirigida a toda la gente que defiende la gestión, no del partido o lo que sea que lleva el Ayuntamiento, sino de la jefa. Y en vez de decir si estaba bien o mal, automáticamente saltaron a mi cuello hablando de las actuaciones malas o peores de los antiguos rectores. Es más, tienen la costumbre de llamar "electa" a Ana Botella. Igual lo de las comillas es porque sólo fue elegida por sustitución, cosa que sólo está mal en el PP. Siempre hacen referencia a que publican lo que quieren. Y eso es lo suyo. Pero una cosa es escribir y otra, muy distinta, compartir. Tengo la mala costumbre de leer los artículos y, si me apetece, contesto sobre ello. Lo malo es que hay gente que comparte porque alguien ha compartido. Yo, por ejemplo, comparto las fotos de las creaciones que hace mi hermana en su panadería así como todos los actos que organiza. Pero sino, lo único que comparto son los juegos de agilidad mental.
Nadie tiene derecho a impedir a nadie a que exprese si opinión. Pero lo mínimo que pido es que, si alguien me contesta, sea coherente con lo que se habla y no se vaya ni por las ramas ni por Jaén. Se que no pasará porque son así. Pero mientras yo les respeto, ellos no hacen lo mismo conmigo.
En este mundo, para alegría y regocijo de todos (al menos mío), debe haber de todo. Pero algunos se equivocan y buscan cualquier cosa para no reconocerlo.
Ay, señor.

jueves, 4 de mayo de 2017

Diálogo.

El que más o el que menos sabe en que consiste el diálogo. Que significa dialogar. Una conversación entre dos o más personas sobre, necesariamente, un tema común. Los diálogos entre amigos no tienen porque tener un tema sobre el que hablar. ¿Por qué? Por que muchas veces surgen de forma espontánea. Es un diálogo informal. Pero los formales suelen tener una​ tema sobre el que se basan. Un orden del día donde se detalla sobre lo que se ha de hablar. Eso puede evitar lo que siempre hemos llamado "diálogo de besugos". "¿Qué hora es? Manzanas traigo". Un diálogo de besugos es un diálogo, sí. Pero diálogo. Pero el hecho de tener un orden del día hace que todo el mundo hable de lo mismo. Siempre me ha gustado el diálogo porque demuestra que hay una idea de entendimiento para hacer algo entre todas las personas que se sientan a dialogar alrededor de una mesa para hablar de algo entre todos porque ese algo del que se habla para hacer es importante. Por eso me gusta la situación política actual de este país. Nadie tiene la mayoría absoluta por lo que se está obligado al diálogo. Llegado a este punto hay que decir que cuando la gente se sienta para hablar de ese algo, deben llevar ideas sobre ese algo ya que lo incluye el orden del día. Lo que también se debe saber es que nadie va a conseguir todo lo que quiere porque para llegar a un acuerdo, que es el fin del diálogo (fin que se refiere al objetivo que no quiere decir que se acabe ese diálogo), todo el mundo debe ceder. Ir con la idea de imponer las ideas propias y que los demás las acepten y dialogar a partir de ahí, ni es diálogo ni es nada. Ahí salen las famosas líneas rojas. Unos las pintan, otros quieren borrarlas, alguno hay que se las salta, pero las hay. Eso significa no querer dialogar porque se sabe que los otros no se sentarán partiendo de que alguien impone algo. De esa manera todos se echan la culpa. Todos dicen que los otros no tienen voluntad de diálogo. Pues eso. Eso no es diálogo. Porque para dialogar hay que querer. Para dialogar hay que tener claro que hay que escuchar a los demás. Para dialogar hay que tener claro que se debe negociar. Para negociar hay que saber. Igual que para dialogar.
Y si alguien no está de acuerdo, podemos dialogar sobre ello. Ya se sabe que me gusta.