lunes, 1 de diciembre de 2014

Deporte

Este domingo pasado, a través de las redes sociales, quedaron aficionados del Atlético de Madrid y del Deportivo de la Coruña (aficionados que no aficiones) antes del partido que ambos equipos iban a jugar en el Vicente Calderón. Dado que el partido era a las doce de la mañana, se podía pensar que, igual que las directivas hacen comidas de confraternizacion, igual ellos iban a desayunar juntos. Y era así. Quedaron cada uno por su lado para coger fuerzas y liarse luego a golpes amparados en unos colores que mancillan con actos con los acaecidos. Por mucho que digan, eso no es deporte. Es política pura y dura. Extrema derecha contra extrema izquierda. Pensamientos anclados en el pasado, en el desconocimiento, trasnochados y poco evolucionados. Otra equivocación suya. En fútbol, los extremos son rápidos. Ellos no. Siempre he dicho que sólo me han gustado cuatro extremos (dos de cada lado). A saber: Rafa Guijosa y Armando Ufarte como diestros y Paco Gento y Juanín García de zurdos. Ya de que en balonmano atacan a mano cambiada. Así que, a fin de cuentas, lo del domingo, ni es deporte ni política. Es falta de ideas en una cabeza muy vacía. 
Y por seguir hablando de cosas equivocadas, las declaraciones de Miguel Ángel Gil. Él es el dueño del club. Es a él a quien compete echar a los violentos del campo. Sean colegas o no. FUERA LA VIOLENCIA DEL DEPORTE (salvo de los deportes de lucha, claro). 

miércoles, 6 de agosto de 2014

Cazadores y cazados.

A pesar de que hay gente que califica este país como mierda o puto, yo doy las gracias a mis padres (como ateo que soy, pero respetuoso con los creyentes en los dioses, son ellos los que hicieron que yo naciera) por haber nacido aquí. Aquí, a diferencia de Cuba o Venezuela (y no digamos Corea del Norte), hay libertad de expresión. Gracias a ella, yo puedo tener este blog. Y, también gracias a ella, mucha gente escribe, comparte o comenta todo tipo de noticias. Últimamente, lo habitual es hablar del problema del Próximo Oriente. Que no es que vaya a venir uno nuevo (aunque al paso que va se le va a tener que hacer de nuevo) sino al Oriente más cercano (el nombre ideal si a China se la llama el Lejano Oriente). Ahora todo el mundo es antisemita, anti sionista o anti judío. Y por ello, cuando alguien responde a esos comentarios sin insultar a los israelíes o sin darle una palma dirá en la espalda al escritor, te conviertes en un fascista nazi de forma inmediata. Claro que todo está basado en desconocimiento histórico. Pero esos "grandes pensadores" que pululan por las redes sociales se creen que tienen la verdad absoluta pero sólo aceptan un tipo de respuesta. Todo lo demás, aunque sea una forma de darle la razón, no es entendido. Ni por el comentarista ni por su legión de admiradores. Pasa lo mismo con el gobierno. Vale que en los tiempos de Zejitas yo no tenía Twitter pero si Facebook. Pero debía ser que la gente estaba muy ocupada haciendo otras cosas en vez de estar criticando los desahucios, las cifras del paro y o la corrupción. Pero ahora si lo tienen y critican. La cosa es que cuando les dices que el paro subía, la economía bajaba y las empresas se hundían o, simplemente que hablen también de los escándalos de corrupción de la izquierda, sólo saben decir que nadie del gusta.
La libertad de expresión es un gran invento. Pero hay que saber expresarse. 

lunes, 17 de febrero de 2014

Paciencia.

Gracias amor por hacerme volver a escribir. Tu eres mi fuente de inspiración porque me haces buscar cosas sobre las que escribir.
El ser humano sabe que es imperfecto. entre otras cosas porque, según las diferentes teorías, o nos ha creado un ser superior (aunque desconozco la teoría del origen del hombre del Corán) o ha ido evolucionando. Si es lo primero, la creación siempre es peor que el creador. Y si es lo segundo, todo lo que evoluciona, lo hace porque debe mejorar para adaptarse. Y el ser humano evoluciona. Esta introducción viene a que, muchas veces, por el hecho de creernos más perfectos que los demás, damos por cierto o válido cosas que creemos de oídas y no perdemos el tiempo en comprobar la veracidad de esas creencias. Pensamos que ésto es como Sálvame. Alguien dice algo y corremos a publicarlo, que si es mentira, ya vendrá alguien a contarlo y sacamos más audiencia. El tema es que hacer eso puede llevar, en una conversación a malentendidos que, a veces, pueden ser difíciles de salvar. Hay que tener paciencia antes de dar una respuesta porque, lo normal, es tener todas las respuestas a todas las preguntas. Pero respuestas firmes. No valen respuestas inventadas o sacarlas en base a que una vez pasó algo.
Y acabo como empecé. Dando las gracias a la mejor persona que ha pasado por mi vida. Te quiero.

lunes, 10 de febrero de 2014

Libertad.

Libertad. Gran palabra. ¿Derecho o deber? Generalmente, uno tiene derechos por cumplir deberes. Se cobra un salario por hacer un trabajo, por ejemplo. Pero la libertad. ¿Qué es la libertad? Si me lo preguntan a mi, posiblemente conteste diferente que un señor de 70 años o que una chavala de 15. La libertad es uno de esos valores relativos. La libertad es algo que no se debe medir. Uno no puede ter mucha libertad o poca. Uno no puede ir a la tienda a comprar cuarto y mitad de libertad pero que sea sin hueso.Uno puede decir que la libertad no se puede coartar. Otro puede decir que uno es libre mientras no pise la libertad del vecino. Por ejemplo, yo soy libre de leer lo que me apetezca pero soy libre de entender lo que leo. Entender en el sentido de que quien escribe quiere decir una cosa y yo puedo entender otra. Algo así puede pasar con lo que yo escribo. La poca gente que me puede leer no tiene que pensar igual que yo. No debe hacerlo. O si. Es libre para ello. Libertad es salir a la calle a protestar porque quien gobierna incumple lo que prometió que iba a hacer. Igual el gobierno no es libre de hacerlo porque tiene que arreglar lo que el gobierno anterior que se tomó la libertad de hacer cosas sin saber o sin poder. O igual es que pasa de la gente que le votó y, como tiene la libertad que le dieron los ciudadanos, hace lo que quiere. Libertad es poder decir que Rajoy debería volar más alto que Carrero Blanco o que deberían volver los GRAPO. Esa chica era libre de decirlo pero pagará por ello porque eso que reivindicaba libremente eran actos en contra de la libertad. Nadie debe amenazar a nadie por hacer uso de su libertad si no hace mal a nadie o contra nadie. El mundo debería ser libre pero, por desgracia no lo es. No lo es porque algunos no quieren que los otros sean libres. No lo es porque algunos piensan que los otros no son libres. El del Oscar es libre de hablar de salvar la sanidad pública cuando su mujer ha dado a luz en clínicas privadas (y de las caras) o puede hacer la pantomima con su madre de apoyar a la gente de Coca-Cola cuando ellos quisieron hacer lo mismo en su restaurante. Uno es libre para hablar. También es libre para callar. Pero ambas cosas hay que saber hacerlas. El hacerlo tarde y mal es una gran equivocación.

domingo, 9 de febrero de 2014

No todo es política

Teóricamente, la gente (poca, seguro) que sigue este blog, pensará que sólo se habla de política. De hecho, tengo un par de temas para escribir aquí. Pero hoy vamos a ser un poco más, por así decirlo, nosotros mismos. Vamos a hablar de algo nuestro. El AMOR. Así, en mayúsculas. Quien más o quien menos tiene, como mínimo un amor. Por supuesto, no todos los amores son iguales por que el destino (ya sea humano o material) es diferente. Básicamente, el amor por algo material, que puede ser un lugar, un edificio, un objeto, un equipo deportivo o un deporte en si, no es correspondido porque esos lugares, entes u objetos no tiene la capacidad de devolver ese amor procesado hacia ellos. Si es un lugar puede que estando allí haga buen tiempo, si es un objeto nos de suerte, si es un deporte nos divirtamos practicándolo y, si es un equipo, disfrutemos con sus victorias.
Pero cuando se habla de personas, el tema cambia. Pensamos en el amor a primera vista, que hay mucha gente que no cree en él. Yo puedo decir que existe porque lo he vivido en mis carnes dos veces. El problema es que, la primera vez, son 13 años, uno sólo piensa en aprobar el curso para no tener que estudiar en verano. El tema es que, el primer día de instituto, dos chicas, que repetían curso, tomaron la lista de clase e iban nombrando a la gente uno a uno. Llegaban y se presentaban. Una me llamó la atención porque llevaba minifalda. La otra, por como me agarró para darme dos besos. Pasados los años, volvió a suceder en una parada de autobús aunque ahí no me pilló de sorpresa. Tenía la imagen en la cabeza y lo que ví, la mejoró. Pero el amor no todo lo puede, según se dice. A pesar de intentarlo. Ese dicho está equivocado porque si uno empieza a ver cosas que no le gustan o que, símplemente le resultan extrañas y pregunta pero no recibe respuesta, se hace una idea de que algo no va mal. Ese amor intenso y adolescente que uno vuelve a vivir a los cuarenta se resquebraja porque una parte no juega limpio. Al principio, el amor todo lo limpia. El amor todo lo borra. El amor todo lo calma. Pero la suciedad se va acumulando en otra parte, la goma se gasta y el viento sopla porque alguien quiere que sople para que la suciedad vuelva. El amor es bueno. El amor es bonito. El amor es malo. El amor es feo.
El amor.