miércoles, 29 de abril de 2015

Democracia de verdad.

Estoy escribiendo en Diagnóstico Equivocado pero bien podría ser en El carril del 10 así que igual lo cuelgo ahí también. 
El tema es recurrente. De nuevo me he encontrado en Facebook garantes de la democracia que, sólo con hablar, se quedan retrasados y muestran su verdadera idea de su "democracia". A ver, yo creo en el estado de derecho donde la convivencia se rige por unas normas que son reguladas por unas leyes (antes para el bien de la sociedad, ahora para goce y disfrute del partido que manda y motivo de gresca continúa de la oposición) de obligado cumplimiento. Quien quebranta esas leyes, sabe que se expone a un castigo. Hasta ahí, creo que todos estamos de acuerdo. Es la idea que tengo del estado de derecho. Y me parece que la gente pida que Fulanito o Menganita dimita o sea juzgado por haber cometido un delito. La historia es que la mayoría de mis contactos son de izquierda por lo que me llegan noticias compartidas de medios tan plurales como Público o LaSexta Noticias. Hay personas que creen que esos medios tienen la verdad absoluta de las cosas y lo comparten y escriben. Me parece bien. Estamos en un país libre. Pero parece que sólo lo es para quien ellos quieren. Si alguien comenta algo que no sea lamerles el culo o asentir como borregos, se convierte en blanco de sus iras. Por ejemplo, recuerdo cuando pedían que "fusilarán" al gobierno del PP por lo del Prestige, el metro de Valencia (que aún estaba en instrucción) y alguna cosa más pero obviaban el principio del caso de los ERE, las movidas de Unió Mallorquina, partido que apoyó al PSOE para gobernar en Baleares, etc. Ahora siguen igual. Montero debería dimitir por ser el impulsor de la amnistía fiscal. Casualmente, el amigo Tsipras va a hacer lo mismo en Grecia y nadie ha dijo nada. Será que es colega. O lo último, sale Pablo Iglesias criticando a de Guindos porque trabajó con Rato y, por eso, debe de ser igual de chorizo. Para mi, y así lo dije, este tipo es tonto y eso no hace que piense que todos sus colaboradores lo son. Entre otras cosas porque no los conozco. 
Está visto que la democracia que les gusta a mucha de esta gente es la de Venezuela donde hay elecciones alteradas ya que, sin razón se encarcela a los opositores o se anulan votos o se ponen votos extra ya que Cuba no es democracia desde hace mucho tiempo aunque hayan hecho elecciones este mes. Democracia, señores, es respeto. Respeto a que yo pueda pensar diferente a ti. A que pueda pensar lo mismo, pero llegar cruzando otro camino o que esa misma idea me lleve a otras conclusiones. Democracia es el poder del pueblo y el pueblo no sólo es de izquierdas. Si pensáis eso, os equivocáis. No me seáis políticos. 

lunes, 13 de abril de 2015

Definición.

Usando el verbo popular pero con la forma de redactar de un diccionario, si me pidieran definir campaña electoral, diría algo así como "dícese del periodo de tiempo, previamente establecido por ley, en el que dos o más individuos intentan convencer a un grupo de personas para que les elijan en unas elecciones". Una campaña es una campaña. Pero aunque la idea es siempre la misma, el mensaje (o la forma de transmitirlo) debe variar en función de la gente que debe recibir ese mensaje. Es decir, en función del electorado. Por eso no es lo mismo una campaña para ser elegido presidente de la academia de cine, de la asociación de vecinos, alcalde, presidente de comunidad autónoma o del país. Según el electorado es más reducido, el mensaje se debe hacer más cercano. Por ejemplo, un candidato del PP a la alcaldía de un pueblo de 300 habitantes no puede decir lo mismo que el candidato a presidir la comunidad autónoma donde está ese pueblo. Lo mismo para uno del PSOE, IU o Podemos. Pero parece que esa es la idea que tienen. Unos hablarán de lo buenos que han sido y de lo malos que serán los otros. Los otros, de lo mal que lo han hecho los unos y de lo bien que lo harán ellos. Y luego están los que dirán que tanto los unos como los otros son casta. Se equivocan todos yendo por ese camino. A fin de cuentas, a mi, lo que me importa es que pueda disponer de los servicios que me ofrece mi ayuntamiento y mi comunidad. Saber dode van los impuestos que les pago, como y cuando se gastan. En una ciudad grande, se deben conocer los problemas de cada barrio y ver como se pueden resolver. El alcalde tiene que velar por sus vecinos y no por su sillón. Si ellos están contentos, le votarán. Claro que ésto es más sencillo en pueblos pequeños o medianos que en grandes ciudades. Pero una cosa han de tener clara. No me vale que mis candidatos/as a alcalde/esa o a presidente/a de mi comunidad centren sus campañas en hablar de lo bien o mal que lo ha hecho el gobierno de la nación. Eso demostrará falta de proyecto y, lo que es peor y más preocupante, falta de ideas. Y si los que nos tienen que guiar no tienen ideas, que Dios nos pille confesados. Seamos ateos o creyentes. 
No se equivoquen señoras, señoritas y señores candidatas/os. No lo hagan. Por favor.