miércoles, 17 de abril de 2019

Querer debatir. ¿Debatir queriendo?

Diría yo que en todas las elecciones es la Junta Electoral Central (JEC) quien regula, en televisión, los tiempos dedicados a las elecciones, tanto en los informativos como en los intermedios. Supongo que también en la radio. Pues quitando que a RTVE no le gusta esa regulación, como decían en Antena3, el debate está en el debate. A todos les parece bien pero a todos les parece mal. No todo, está claro. Pero hay algo. Formato, presencia de ..., ausencia de ..., temas a debatir ..., etc. Éste es el algo. En las presencias y/o ausencias, puede haber miedo por parte de los participantes si son vetados o también puede haber miedo de los participantes si otros don vetados. No, no me he equivocado. Participantes vetados. Todo es a que los organizadores, que también debería haber metido dentro de los miedos, que los tienen (la audiencia manda, por supuesto), convocan a una serie de gente a participar pero, después de anunciar a bombo y platillo el debate, llega la JEC y les destroza la idea. Mala idea, pienso yo. Que haya un debate donde vayan todos los partidos con grupo parlamentario propio me parece bien aunque habría movida con el Grupo Mixto que, o iba uno reprensentándolo o no tendrían tiempo ni para saludar.
Pero lo que importa aquí que es mi opinión. Los partidos se van a equivocar, no en el planteamiento que eso el debatidor lo marca. Se equivocarán en lo que decir y como decirlo. Por que a mí gustaría saber, cuando hablen de economía, cómo esa recuperación va a incidir en mí, cómo va hacer que tenga dinero para ahorrar, que me permita no tirar tanto de marca blanca o cambiar un coche a punto de ser mayor de edad. Claro que esa recuperación puede valer para incentivar a quien haga mejoras para que las siga haciendo o empiece o reducir la deuda o controlar el IPC. Que se note, vamos.
Que cuando hablen de educación se sepa que tipo de enseñanza se van a dar a los niños. No puede haber 18 modelos diferentes. Gestionado por las Autonomías pero basado en el mismo modelo y haciendo que la involucración de los padres no sea comprarles una consola y dejarles el móvil para jugar. Enseñanza en el colegio; educación en casa. Como toda la vida. Como recibieron los que se quejan de que se manden deberes o que se castigue al crío que se porte mal. Es decir, saber cómo, saber cuándo y saber cuánto. Porque todo ésto cuesta y aquí hay que empezar a pagar.
Quede claro que empecé a escribir ésto la semana pasada cuando se habló de del debate en la televisión pública como no de han cansado de repetir y que no lo vi ya que esas cosas me aburren. Sólo veo los informativos y leo la prensa para ver qué pasó. Pero de éso no iba ni va el artículo. Va, y seguro que pasó, de lo dicen unos que hicieron ellos o los otros y/o de lo que no hicieron los otros más que de lo que iban a hacer ellos. Y consiguen que la gente hablará de lo que ellos dijeron pero no de lo que propusieron pero eso pasó desapercibido.