domingo, 9 de febrero de 2014

No todo es política

Teóricamente, la gente (poca, seguro) que sigue este blog, pensará que sólo se habla de política. De hecho, tengo un par de temas para escribir aquí. Pero hoy vamos a ser un poco más, por así decirlo, nosotros mismos. Vamos a hablar de algo nuestro. El AMOR. Así, en mayúsculas. Quien más o quien menos tiene, como mínimo un amor. Por supuesto, no todos los amores son iguales por que el destino (ya sea humano o material) es diferente. Básicamente, el amor por algo material, que puede ser un lugar, un edificio, un objeto, un equipo deportivo o un deporte en si, no es correspondido porque esos lugares, entes u objetos no tiene la capacidad de devolver ese amor procesado hacia ellos. Si es un lugar puede que estando allí haga buen tiempo, si es un objeto nos de suerte, si es un deporte nos divirtamos practicándolo y, si es un equipo, disfrutemos con sus victorias.
Pero cuando se habla de personas, el tema cambia. Pensamos en el amor a primera vista, que hay mucha gente que no cree en él. Yo puedo decir que existe porque lo he vivido en mis carnes dos veces. El problema es que, la primera vez, son 13 años, uno sólo piensa en aprobar el curso para no tener que estudiar en verano. El tema es que, el primer día de instituto, dos chicas, que repetían curso, tomaron la lista de clase e iban nombrando a la gente uno a uno. Llegaban y se presentaban. Una me llamó la atención porque llevaba minifalda. La otra, por como me agarró para darme dos besos. Pasados los años, volvió a suceder en una parada de autobús aunque ahí no me pilló de sorpresa. Tenía la imagen en la cabeza y lo que ví, la mejoró. Pero el amor no todo lo puede, según se dice. A pesar de intentarlo. Ese dicho está equivocado porque si uno empieza a ver cosas que no le gustan o que, símplemente le resultan extrañas y pregunta pero no recibe respuesta, se hace una idea de que algo no va mal. Ese amor intenso y adolescente que uno vuelve a vivir a los cuarenta se resquebraja porque una parte no juega limpio. Al principio, el amor todo lo limpia. El amor todo lo borra. El amor todo lo calma. Pero la suciedad se va acumulando en otra parte, la goma se gasta y el viento sopla porque alguien quiere que sople para que la suciedad vuelva. El amor es bueno. El amor es bonito. El amor es malo. El amor es feo.
El amor.

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