Realmente España nunca ha sido país de extremos. Salvo fútbol y balonmano, claro. Pero hay veces que hay que echar mano de ellos para ciertas cosas como llegar al poder o aprobar leyes. El tema es que luego no puedes vender una política moderada para que atraigas votos en unas elecciones. Uno tiene que ser responsable de lo que hace y dice porque ahora hay que esperar diez minutos para todo eso quede registrado y se pueda echar en cara de alguien. Hace 20 años se podría tardar días y hace 40, semanas. Por eso si vas de moderado, eso es lo que tienes que vender. Y bien vendido. Dar buenos titulares vale. A veces. Porque puede haber gente (yo, por ejemplo) que lee el artículo completo que hay tras el titular. Así se puede saber cuándo se escribió y si difiere de lo que dice uno o el otro. Pocas veces se usa lo que se dice o se hace para algo que no sea venderse pero pocas veces también esa forma de venderse no es más que hacer que no compren otra cosa. Busque, compare y si encuentra algo mejor, decía aquel. Busque, compare y si encuentra algo mejor, vóteme. Ni pierda en tiempo. Así no se hace.
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